El escolta de los Chicago Bulls, Lonzo Ball, ha declarado que la rehabilitación de su rodilla izquierda se ha estancado tras sufrir varios contratiempos en las últimas semanas. Lonzo quedó oficialmente descartado para lo que resta de temporada el 6 de abril debido a una rotura de menisco sufrida en enero que le obligó a ser intervenido quirúrgicamente.
El jugador ha confirmado que tiene previsto visitar a otro especialista la semana que viene, ya que aún siente dolor en la zona afectada, según informa NBC Sports Chicago. “Dejé que se calmara durante las últimas dos semanas. Me estaba esforzando mucho para tratar de volver lo más rápido posible», dice Ball. «Pero todavía siento dolor. Así que tengo que resolverlo este verano».
El de Anaheim no descartó tener que someterse a una segunda cirugía. Aunque prefiere evitarlo, afirmó que optará por él si no hay otro remedio. De hecho, las lesiones han sido una preocupación constante a lo largo de su carrera profesional, apareciendo en 252 de 390 partidos posibles, incluidos 35 de 82 esta temporada. Una situación que intentará atajar durante el periodo estival.
«Obviamente es algo que voy a abordar este verano», continuó Lonzo. «Probablemente haré muchos más ejercicios para las piernas en lugar de concentrarme en la parte superior del cuerpo. Trabajaré con el personal médico y los entrenadores de fuerza y haré lo que sea necesario para mantenerme saludable».
Ball, de 24 años, llegó a Chicago procedente de los Pelicans después de cerrar un acuerdo de firma e intercambio la última temporada baja. El armador jugó un papel importante en la impresionante primera mitad de la temporada de los Bulls. Sus números en los 35 partidos disputados ascendieron a 13,0 puntos, 5,4 rebotes, 5,1 asistencias y 1,8 robos.
(Foto de portada por Stacy Revere/Getty Images)